viernes, 1 de julio de 2011

La creatividad en los tiempos del paro

Una de las grandes ventajas de estar en el paro es la inmensa cantidad de tiempo libre que queda después de levantarte a las 8 de la mañana y dedicar 40 minutos a buscar ofertas de trabajo mientras desayunas tus cereales favoritos, que en realidad no lo son, porque son de Hacendado y saben a cartón con azúcar. Pero no pasa nada si las cucarachas comen cartón, tú también puedes.

¿Qué rayos hacer con el resto del día?

Tienes que enfrentar diversos problemas. El primero, sólo tienes dinero para lo estrictamente necesario. Así que para matar el tiempo no vale ir al cine, de tiendas, ni nada que implique usar tu escaso capital.

Puedes empezar el día, como de costumbre, leyendo comentarios del facebook y escribiendo chorradas con la esperanza de que alguien crea que eres gracioso. Pero después de media hora te hartas.

El siguiente paso es entrar en tu página pirata favorita para bajarte una película. Ya lo sé, soy una mala persona, me descargo obras con derechos de autor, no apoyo el cine, bla, bla, bla. ¿Qué pasa? ¿No tenemos derecho los parados de ver la última de Isabel Coixet? ¡JAJAJAJAJAJAJA! Qué va, me voy a bajar una de tiros y explosiones que son las que molan. Ya iré al cine cuándo encuentre trabajo.

Muy bien, acabamos con internet, por ahora.

El tercer paso es mirar a tu alrededor y sentir remordimiento porque tienes la casa un poco echa'pa trás. Venga ya, ¿cómo voy a poner orden en mi vida si todavía tengo parte de la cena de anoche en la mesa? ¿O era de antes de anoche? Creo que se ha movido el contenido del plato, juraría que cuándo volteé desvió la mirada. Es hora de limpiar a fondo.

Dos horas después tienes la casa como los chorros del oro. No sé que son "los chorros del oro", pero suena a restaurante caro, tipo el Bulli... o a puticlub de carretera. Lo importante es que debe de ser un lugar que pasa por los más estrictos controles de sanidad.

Ya casi es mediodía. Felicidades, has matado casi toda la mañana. Empiezas a sentir verdadero respeto por tu madre que era ama de casa y, además de mantener tu habitación limpia, siempre tenía lista tu comida favorita cuándo llegabas del cole. Pues eso, ¡que no pienso dejarme ganar por mi madre! vamos a cocinar.

Toda la comida de tu nevera consiste en vegetales crudos. La comida precocinada es para la gente rica, esos a los que nosotros llamamos asalariados. En fin, te pones a pelar patatas, cebolla, zanahoria y demás cosas. Después de pelar todo entras en pánico, nunca pusiste atención a que se hacía con todo eso. Cuándo veías a Arguiñano cambiabas rápido de canal porque temías escuchar uno de sus chistes y perder masa cerebral. No puede ser tan difícil, ¿no? Agua sal y aceite, ¿no? Echas todo en la olla y lo pones en el fogón. Después de un rato lo pruebas y adivinas a que sabe, ¿no? ¡Pues a AGUA, SAL y ACEITE! Recuerdas algo referente al "sazón". ¡Para eso eran los botes con polvitos de la cocina! Ajo en polvo, pimentón, perejil, etc. También hay uno que dice sosa cáustica. Pero de ese no le pongo porque ya de entrada la etiqueta dice que está sosa. Después de un rato vuelves a probar tu experimento y descubres que ¡está bueno! Mamá 0 - Hijo 1.

Llega la hora de comer, te zampas tu obra culinaria en compañía de tu mujer, que te felicita porque estás mejorando. El perro está llorando para que le pase trocitos de patata.

Has llegado a la tarde, la parte ociosa del día...

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